10 euros 2025 8 Reales 1737 México II Serie Joyas del Museo Casa de la Moneda

Moneda de 10 euros 8 reales 1737 México – Joyas del Museo Casa de la Moneda 2025 (8 reales plata)

Dedicada a un 8 reales de México de 1737, del reinado de Felipe V, esta pieza de la II Serie «Joyas del Museo Casa de la Moneda» evoca el prestigio del real de a ocho en los circuitos comerciales del siglo XVIII. El diseño se basa en el célebre tipo columnario, una de las imágenes más reconocibles de la moneda virreinal, que simboliza la proyección global de la Monarquía Hispánica tras las reformas monetarias borbónicas.

Anverso: 8 reales de México (1737)

En el centro se representa el anverso del 8 reales, con los dos hemisferios coronados entre las Columnas de Hércules sobre un mar estilizado, acompañados por las leyendas clásicas del tipo columnario. En la zona superior de la moneda moderna, en sentido circular, figura la inscripción «ESPAÑA 2025»; en la inferior, en arco, «8 REALES 1737 MÉXICO», que recuerdan el año de acuñación y la ceca de la pieza histórica. Un cerco con gráfila delimita el diseño y refuerza la sensación de moneda de curso, trasladada a un formato conmemorativo contemporáneo.

Reverso: leyendas y valor

Se muestra el reverso de la moneda histórica, con el escudo coronado de España cuartelado con las armas de Castilla y León, rodeado por las leyendas propias de las emisiones mexicanas de Felipe V. En la parte alta de la pieza actual aparece el valor «10 EURO» acompañado de la marca de Ceca, integrando la moneda en el sistema monetario contemporáneo. En la parte baja, en corona, la leyenda «JOYAS DEL MUSEO CASA DE LA MONEDA» vincula esta emisión a la colección dedicada a las grandes piezas de la historia numismática hispánica.

El «dólar español» en el comercio global

El 8 reales mexicano fue moneda de referencia en Europa, América y Asia gracias a su peso y pureza constantes. Conocido como «peso fuerte» o «dólar español», se utilizó tanto en grandes transacciones comerciales como en pagos cotidianos, y fue patrón para diversos sistemas monetarios posteriores. La introducción del tipo columnario en el siglo XVIII reforzó su atractivo internacional al combinar una iconografía imperial clara con una acuñación más regular y uniforme, convirtiendo estas piezas en uno de los símbolos más reconocibles del comercio transoceánico de la época.